domingo, 22 de abril de 2012


NO ES COSA DE RISA

Abrió la puerta ausente, con los ojos hinchados
y señales de angustia en cada movimiento;
con voz nerviosa dijo "¿me permite un momento?"
le dije:"si", y al punto, ya estabamos sentados.
Me contó de su miedo, tanto tiempo ocultado,
de piedras en el alma que no se lleva el viento,
de acabar con un tiro todo su sufrimiento,
de muerte y amor negro que espera al Otro Lado...

Viendo que mi experiencia y mi voz no bastaba
le conté de un payaso que en risas, su desdicha
cambiaría, en un circo que estaba a sólo un paso;
"¡Vaya a ver al gran Enzio!" Le dije. No esperaba
que al pedirle su nombre para cubrir la ficha
me dijese "doctor... ¡si yo soy ENZIO, el payaso!"
Segis.

lunes, 11 de julio de 2011

PARA FACUNDO CABRAL, IN MEMORIAM

Banderas de dolor por el que piensa,
por quien tiene un cantar desconsolado,
por todo aquél rumor asesinado,
por toda la verdad con mala prensa;

Luto por el cantante sin futuro
pero con un presente de insumiso;
luto por los que viven con permiso
de un tirano febril, traidor y oscuro.

Podredumbre del alma enrarecida
por obsoletas causas y misiones
nacidas desde el odio más profundo...

Besó una bala y entregó su vida
a la más triste y cruel de las canciones.
¡Descansá en paz,ché, mi buen Facundo!

© Segis

sábado, 9 de julio de 2011

ABUELO

Hoy se quedaron mudos los pájaros, los ríos,
el bullicio de gentes que alegran las aceras,
hasta el mismo Morfeo te ayudó a que murieras.
Te vas como viviste, sin ningún vocerío.

Dejarán de cantarte las farolas, los muros,
sin golpes de bastones que les saquen sonido;
en la Ponte Pedriña no aceptan que te has ido
y habrán de recordarte en estos días tan duros.

Completaste una vida plena hasta tu partida,
y sé que mucha gente te estará agradecida
pues fuiste un hombre bueno con extraños y afines;

dejas huérfano al mundo de tu música y tallas,
por eso, aunque nos cueste... es normal que te vayas
al Cielo a enseñar música a nuevos querubines.

© Segis

martes, 25 de enero de 2011


DESPERTAR

Grito... ¡grito! y el alma se seca sin medida,
se licúa en mis ojos, y se me va la vida
detrás de tu presencia, y entonces siento el frío
de gritar sin que me oigan, en el fondo de un río.

Me calmo en tu regazo... -¡ya, mi bien, era un sueño!-
abro entonces los ojos, y se nubla mi empeño...
la noche con su angustia golpea mi mirada,
en mis brazos tenía tu vacío...¡y más nada! 

Tomo aire -"sereno, no te hundas, no hay prisa,
esto estaba en los planes, vendrán los días buenos"-
el teléfono suena; me pongo la camisa...

... Su voz es como el viento silbando entre el centeno:
"¡mi amor, muy buenos días!"... me devuelve la risa,
y otra mañana entiendo por qué la echo de menos.

domingo, 2 de enero de 2011



SUSPIRAR


Suspirar es querer llenar de amor el viento,
es pintar con el alma espacios que no habitas;
un enjambre de hadas moviendo sus alitas,
es trepar por tus besos como un héroe de cuento.


Un suspiro es tu nombre, pero dicho tan lento
que no suenan las letras. Es tanta la pasión
que tan sólo se oye latir el corazón
resumiendo una vida en tan breve momento.


Un suspiro no es nada, y al mismo tiempo es todo;
es un instante agónico que encuentra su acomodo
soltando en el entorno el lastre que molesta,


¡Y si al etéreo beso que este poema entraña,
saliendo de tu alma, otro más lo acompaña,
un mundo antaño gris se llenará de fiesta!

lunes, 22 de noviembre de 2010



MIEDOS NOCTURNOS

La noche es muy oscura, y es mejor
que cruce el cementerio a toda prisa,
no sea se desprenda una cornisa
o un ruido me haga presa del terror.

Un momento... ¿qué es eso? ¡VAYA OLOR!
siglos de podredumbre me atosigan,
ya tengo miedo -digan lo que digan-
pues al olfato sigue otro temor...

El grito desgarrado que me asusta
me hace pensar en lo que no me gusta
de este lugar que ahora estoy cruzando;

¡qué cosa es esta de sentir horror!
No hay monstruos... sólo era el enterrador,
se ve que lo pillé "en se aliviando".

Ya lo dijo mi abuelo... "si algo es cierto,
es que huelen peor los vivos que los muertos"
y es algo que suscribo; porque creo

que peor que un fiambre de dos años,
una estación de tren, y en ella el baño,
me recuerda a la muerte... ¡en sólo un PEO!

DE LLUVIAS Y ARCO IRIS

Llueve en la calle. El tiempo está de luto,
pero no un luto triste, desgarrado;
galopan los caballos del contento,
las estrellas y risas de la noche.

Charcos de agua que mojan mis recuerdos,
aguaceros de ausencia de tus brazos,
vida que de la vida se alimenta,
ser tú sin ti, ser yo sin tu latido.

Eso es la lluvia: lágrimas del mundo.
Pero este día nada me entristece;
me beberé la pena y la haré fiesta:
¡todo está en orden, en paz... en rebeldía!

Y cuando escampe, el vuelo de las musas
hará caer poemas entre plumas,
y el sol será testigo de que siempre
ha de velar mi sombra en tus ventanas.

sábado, 13 de noviembre de 2010



LEYENDAS DEL CAMINO

Como el agua en las rocas, el tiempo va pasando,
colocando sus piezas en un fingido azar;
la madeja de Ariadna se fue desenredando,
poniendo fin a un cuento que no supo acabar.

Fue como Cenicienta ya lo había soñado,
como supo Odiseo en sus viajes por mar:
La vida son mil sendas plagadas de altibajos
y no está permitido pararse o desandar.

Piensa que aquellos héroes que durmieron tu infancia
no viven en el mundo, no son algo real;
sastrecillo valiente, o mosquetero en Francia,
lo saben bien: no siempre espera un buen final.

Y si te derrumbaras, si perdieras el norte,
fija la vista al frente, no mires nunca atrás;
pues príncipe, soldado, o bufón en la corte,
si de mí precisaras, siempre me encontrarás.

Así como Jasón encontró el Vellocino,
y el telar de Penélope otro mito forjó,
nacerá una leyenda asociada al camino
que seguimos andando, tú por mí, por ti yo.

Y al final del viaje, llegando al mausoleo
en que cada leyenda firma su último adiós,
nos daremos las gracias por tan bello paseo...
y hasta el último trecho será cosa de dos.

sábado, 18 de septiembre de 2010



AMIGO

Amigo es quien ríe en la tormenta,
quien no está, pero está lo necesario;
quien no sale en tus versos a diario
mas, si lo necesitas, se da cuenta.

Amigo es uno de cada noventa,
a veces caco, a veces comisario,
bombero en las pasiones, o incendiario
cuando una situación nos amedrenta.

Es mano abierta, empuje conveniente,
o barrera que impide que saltemos
a los negros barrancos del olvido.

En fin, Juan, lo digo abiertamente,
¡eres más que un amigo, y seguiremos,
pues sólo puedo estarte agradecido!

(para mi buen amigo Juan, en un aniversario especial)

viernes, 13 de agosto de 2010



Malagueña de pro, sonrisa en vena,
alas de colibrí en la mirada,
refugio del Amor ante la Nada
indecente y voraz que envuelve en pena;

adalid de las noches del Parnaso,
jinete sobre el viento que abre el día,
ondina de un arroyo de alegría
sumergida en las brumas del ocaso;

esa eres, por tanto así te veo,
gigante que se cree ser tan pequeña
aunque seas inmensa cual la peña
rocosa que domina el mar Egeo.

Cual Ulises viajo hacia tu pecho
ilusionado al fin, velas al viento,
ahogando en un grito lo que siento,
esperando que todo lo antes hecho

surja con fuerza al viento que respiro
como respiro el beso de tu boca,
alimentando el alma que te evoca,
languideciendo al tiempo que te miro.

Abraza ese vacío en que me encuentras
no más cerrar tus ojos ante el mundo;
te llenaré de amor, y tan profundo
entraré en tí tal como tú en mí entras.

ESMERALDA

Mi verso es esmeralda, y al ocaso
combate con ahinco y gallardía;
el rojo aquél que antaño tanto hervía
le ha dado al verde intenso su traspaso.

Los negros y ocres huyen del Parnaso
ante este colibrí, y en su agonía
permiten que se llene de poesía
al dejarla avanzar pasito a paso.

El nombre es de mujer -no es para menos-
y de piedra preciosa cual ninguna, 
más que el oro, las joyas o la rosa;

Si, ya sé que estos versos no son buenos,
aunque Erato no aumente mi fortuna
terminaré el poema... ¡y a otra cosa!. 

SIN DESPEDIRSE

Cremalleras de hierro que cierran el camino,
pasatiempos en blanco que nadie habrá resuelto,
apostar veinte a uno en contra del destino,
ver tus brazos abiertos cuando sepas que he vuelto.

Todos esos momentos inundan mi cabeza
cuando se hace más largo el puente hacia tus besos,
cuando los cuervos negros atacan mi certeza,
cuando el miedo se cala tan fuerte entre mis huesos.

Pero es sólo un momento: el viento se lo lleva
con la fuerza increible de la vida que viene,
salpicando en biznagas los caminos de pato,

y saldrá un sol radiante cada día que llueva,
por eso ya no temas que el marcharme me apene,
pues me llevo conmigo tu recuerdo más grato.